Capítulo 7:

***

Flora

Unas lágrimas caían por mis mejillas, como la gotas que hay en una rosa, mientras caen por lo pétalos tan rosados como lo tenía yo en ese momento.

Empezaba a leer de forma lenta, preguntándome de quien sería, porque estaba ahí y, que quería. Pero al leer los primeros párrafos, las primeras e insignificantes palabra de aquella carta, supe de quien era. De una persona... que me había echo sentir cosas que no debiera, de haber dudado de mi amor por Pablo -que hasta ese momento, creía que era puro- de... de haber llorado como nunca antes lo hubiera hecho, de... de sentir el máximo de amor hacia una persona.

Contemplé la carta, no quería seguir leyendo, no quería pasar del primer párrafo, pero, me armé de valor y leí.

Había terminado ya de leer la carta, pero ciertas palabras se repetían en mi cabeza: ''Por un capricho del destino''. 

Había sentido y vivido muchos caprichos del destino. Como aquella vez que me caí del caballo, como  aquella vez que me entró el antojo de ir a comprar. Simples caprichos del destino. Pero aquellos caprichos eran caprichos, sin sentido, que cualquier persona de pudiese proponer. Eran caprichos. Sin embargo, como Dani decía lo que había pasado, y como nos habíamos conocido era un capricho del destino, pero... nunca había sentido un capricho tan... dulce, intenso, y que me gustase de verdad.

En ese momento entendí. Que no veía a Dani como un amigo. Lo veía como más, como un capricho del destino.

***

Dani

Estaba nervioso e inseguro de lo que había hecho. 

No sabía como iba a responder Flora. No paraba de moverme por mi casa, sin saber que hacer, sin poder dar marcha atrás en el tiempo... marcha atrás en el tiempo.

Salí al jardín. Trepé por un árbol que había sido santo y bendito para mi. Fue el árbol donde escuché por primera vez la voz de Flora. Una voz dulce y melodiosa, mientras sus labios recitaba el fin de una canción: ''Otra vez vuelves a aparecer tú carita de buena me haces enloquecer y no me quiero perdeer... serán tus gestos tus risas tus labio no séé...''

Sonreí. siempre que pensaba en ella, fuese de día de noche, que hubiese tormenta, rayos y  truenos, aunque hubiese un diluvio impresionante, siempre que pensaba en ella sonreía.

Me acomodé en el árbol, y esperé. Esperé a que un ángel del cielo bajase a por mi y me dijese... ''Daniel, ha llegado tu hora''. Pero no la hora de morir, la hora de ser libre y no volver a enamorar más. Pero con sólo pensar, que podría olvidar la sonrisa de Flora, no, jamás. 

Miré a la habitación de Flora y, ahí estaba, me miraba con los ojos humedecidos. Un ángel ha venido del cielo, a  decirme, que eres lo más bello, pensé.

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¿Qué os pareció?

Yo creo que es el mejor que me ha salido por ahora. 

Y, lo de los caprichos del destino, es un tema del que hablar...

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